Las restantes 6 páginas de las doce que la mejor revista impresa del ciclismo en el mundo dedica a Rigoberto Urán y Carlos Betancur, contienen la historia del joven que según el periodista de BS Filippo Lorenzon “es un fugado del campo para seguir el sueño y el instinto de correr en bicicleta y ganarles a todos subiendo”.

Lorenzon fue hasta la casa de Betancur, que reside en Santa María Monte, en plena región Toscana donde el ciclismo es una religión a pesar del impresionante nivel cultural, histórico y artístico que allí se vive. El artículo sobre Betancur,  nacido en Ciudad Bolívar el 13 de Octubre de 1989 en el nordeste Antioqueño,  comienza por señalar que fue “a finales del 2006 cuando comenzó su aventura en bicicleta junto a su hermano Javier pero rápidamente tuvieron que decidir cuál de los dos seguiría siendo ciclista pues el otro debería trabajar para ayudar al padre en el sostenimiento de la familia compuesta por otros tres hermanos y afortunadamente para Carlos, su hermano decidió apoyar al padre y más jugar un poco de futbol.

El ciclista entonces comienza hacerse notar en las carreras de su departamento y finalmente llega a la Vuelta de la Juventud colombiana, reservada a los jóvenes de menos de 23 años y de allí sale campeón, lo que le permite integrar la selección que va al Bio-Giro en Italia (Antiguo Piccolo Giro) en 2009 y allí muestra sus grandes condiciones saliendo sub-campeón y unos meses más tarde resulta también con la camiseta de Colombia, sub-campeón mundial de ruta también en la categoría Sub-23. Al año siguiente, en el 2010, sería el campeón del Bio-Giro con la camiseta nacional.

Esto hace que Franco Gini, manager general del equipo Acqua&Sapone (Continental Profesional) se fije en el cómo en Cayetano Sarmiento y les proponga hacer parte de este equipo con el cual hacen el curso necesario para insertarse en el gran ciclismo de élite mundial. Betancur afirma en el reportaje que a pesar de la distancia: “la familia lo sigue en las transmisiones de radio o televisión, o en internet y que casi a diario los escucha y sabe de ellos gracias al Skopie, Facebook, entre otros medios y especialmente a mi madre quien casi siempre me pregunta si me he caído o como ha salido todo en las carreras, mientras que mi padre me pregunta si he ganado para ponerse contento si la respuesta es afirmativa, pero en caso contrario, me responde: ‘entonces te fuiste a no hacer nada’…

Betancur ha tenido un gran maestro a su lado en la parte ciclística: el formidable ex corredor Michele Bartoli y también como Urán, una segunda familia en Italia que es la de Franco Gino y su esposa Paola. Bartoli participa en el reportaje y le reprende por comer poca pasta puesto que es una fuente alimenticia demasiado rica, a lo que el ciclista colombiano responde: “Soy uno que se engorda fácilmente, sobre todo cuando voy a Colombia donde gano rápidamente 3 kilos en cada viaje. Además me gustan las papas fritas, las hamburguesas y los dulces colombianos que son tantos y tan buenos. En Italia me encantan son los helados”.

Bartoli lo acompaña en todos los entrenamientos, le aconseja y cuenta: “Al principio no usaba ninguna clase de instrumentos como el pulsómetro o la cadencia del pedaleo, pero él ha aprendido de a pocos hacer muy bien su trabajo”. Betancur agrega que: “al comienzo comenzaba una subida a toda velocidad y si estaba bien la terminaba como quería pero sino, me largaban. Ahora es distinto y comienzo de un modo y la termino como debo”.

El periodista de BS se pregunta porque un jovencito de una familia sin pasión por el ciclismo resulta andando en bicicleta, a lo que Carlos responde: “En Colombia se transmite mucho ciclismo en las carreras por etapas, eso me ayudo, conocemos bien el Giro, Tour y Vuelta, admiraba las hazañas de Lance Armstrong, era el que más me gustaba, era el más fuerte. También Cadel Evans y Santiago Botero que es un verdadero mito en Colombia. Luego, Danilo Di Luca, cuya manera de correr y sus arranques eran emocionantes, ahora que corro con él en este equipo es un orgullo para mí. Y también está Stefano Garzelli quien me dice que nuca debo correr atrás porque si hay una arranque, un viento, una caída estas fuera. Pero a mí me gusta porque es menos estresante”.

Cuando el periodista le pregunta por las clásicas que se hacen en Suramérica y las cuales no existen entonces se da cuenta (Carlos) que es una fortuna estar al lado de uno como Bartoli quien “Ha sido un gran campeón que ha ganado tantas carreras importantes y es un óptimo ejemplo para mí. Me da consejos preciosos y aunque creo ser un corredor de pruebas por etapas me gustaría ganar una Flecha Valona o una Lieja”.

Bartoli había señalado al reportero de BS antes de la entrevista que se trata “de un muchacho que además de ser un buen corredor, conocerás un joven de grandes valores y muy humilde”. Agrega el periodista que: “descubrimos así que Carlos manda gran parte de lo que gana a su casa y ahora su padre ha dejado el campo y conduce un “bus escalera” que en su tierra se utiliza para transportar turistas. Y también mi hermano ha comprado una, el turismo es un tema muy fuerte y a eso le apuntamos”.

Antes de partir para Italia -agrega BS,-, Carlos entrenaba solo y viajaba por espacio de 70-80 kilómetros alcanzando alturas hasta de 2.800 metros, con largas subidas, lo que le ha permitido desarrollar pulmones y músculos templados con los cuales ha construido un motor muy prometedor. Muslos grandes, caso de velocistas y no de escaladores, estatura en torno al 1.70 y sobre los 60 kilos de peso.

Habla Betancur: “Me sostengo en que soy un corredor de grandes vueltas. Por eso necesito mejorar a cronometro. Michele me esta enseñado a pedalear mucho más ágil. Antes pedaleaba muy duro. Estoy trabajando en el plano y ahora me siento mejor subiendo que el año pasado. Además Michele me ayuda a entender mejor el ciclismo europeo pues en Colombia una carrera se decide en cualquier momento, aquí las carreras se deciden al final y es importante llegar fresco. No fue fácil adatarme al comienzo, pues mi instinto me indicaba ir al ataque”.

Volviendo un poco atrás, el periodista relata que Betancur ganó en el 2010 una carrera tan importante como el Bio-Giro, ganado las dos etapas más duras lo que le hizo saltar al mundo ciclístico de la mano de Francio Gini, su “padre italiano”. Con el Acqua&Sapone ha obtenido resonantes victorias, desde el Giro de la Emilia, la temporada pasada hasta una etapa de la Vuelta a Bélgica, pero queda una duda al redactor: Muchos de estos chicos venidos de lejos, dan pasos gigantes y luego se pierden. ¿Sucederá en este caso lo mismo que le paso al venezolano Rujano?

Responde Carlos: ¿Porque debería perderme o perder la voluntad de entrenarme? Hago una cosa que me gusta. Miren a Urán. Es un gran corredor, tiene dinero pero igualmente se entrena siempre bien. Estoy seguro de que la motivación no me va a faltar”.

Nota de la Redacción. Aquí termina esta entrega de www.revistamundoiclistico.com relacionada con el gran despliegue brindado por Bicisport a dos de los grandes ciclistas colombianos y en general a nuestro pedalismo, lo que da cuenta de la importancia alcanzada hoy por quienes han decidido como Urán, Betancur, Quintana, Sarmiento, Henao, Anacona, Serpa, Rubiano, Duarte y tantos otros irse a buscar la gloria tras la huella de Herrera…

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