“El resultado final muestra que no estoy muy lejos, y que el objetivo de ganar una etapa es realmente posible“, Rodolfo Torres
Tal vez pasarán años antes de que la Vuelta a España vuelva a vivir una etapa tan dura como la vivida hoy, miércoles 2 de septiembre, a lo largo de los 138 km recorridos desde Andorra la Vella al Cortals d’Encamp. Cinco puertos puntuables y más de 5.500 metros de altitud han puesto a prueba los corredores, poniendo en crisis a algunos de los protagonistas más cotizados de esta edición. La línea de meta fue una gran fiesta para el Astana, que ganó la etapa con Mikel Landa, un superviviente de la fuga del día, y logró el liderato de la carrera con Fabio Aru, segundo en la línea de meta.
Tal vez pasarán años antes de que la Vuelta a España vuelva a vivir una etapa tan dura como la vivida hoy, miércoles 2 de septiembre, a lo largo de los 138 km recorridos desde Andorra la Vella al Cortals d’Encamp. Cinco puertos puntuables y más de 5.500 metros de altitud han puesto a prueba los corredores, poniendo en crisis a algunos de los protagonistas más cotizados de esta edición. La línea de meta fue una gran fiesta para el Astana, que ganó la etapa con Mikel Landa, un superviviente de la fuga del día, y logró el liderato de la carrera con Fabio Aru, segundo en la línea de meta.
Entre los más fuertes en la etapa más difícil de la carrera por etapas española estuvo también Rodolfo Torres. A sus 28 años de edad, el de Busbanzá se clasificó decimotercero en la línea de meta, justo por delante de sus compatriotas Nairo Quintana (Movistar) y Darwin Atapuma (BMC), y eso después de haber pedaleado en el grupo de los más fuertes en el durísimo Alto de la Gallina, cuando el pelotón se redujo gradualmente a menos de veinte unidades.
Los Escarabajos intentaron ya desde la salida entrar en el intento de fuga del día, con Fabio Duarte como autor del primer ataque de la jornada, pero quien finalmente se despegó fue un grupo de dieciséis unidades sin representantes del equipo dirigido por los directores deportivos Valerio Tebaldi y Oscar Pellicioli.
Tanto el grupo de cabeza como el de sus perseguidores continuaron reduciéndose sobre las duras asperezas de un día sin llanura, y se ha llegado por fin al pie de la última subida de Cortals d Encamp con sólo cinco hombres al comando de la prueba – Landa, Nelson Oliveira ( Lampre-Mérida), Ian Boswell (Team Sky), Paweł Poljański (Tinkoff-Saxo) y Romain Sicard (Europcar) – y dos minutos y medio de margen sobre el grupo del jersey rojo Tom Dumoulin (Giant-Alpecin), ahora reducido a menos de veinte unidades y con Rodolfo Torres como representación de los Escarabajos. Pesaba, sin embargo, la ausencia de Chris Froome (Team Sky), que al final del día acusaba un retraso de 08:41, diciendo adiós a los sueños de un doblete Tour-Vuelta.
En las primeras rampas de la subida, Mikel Landa se desembarazaba rápidamente de sus colegas de fuga, volando hacia el éxito, mientras que sus compañeros del Astana seleccionaban el grupo por detrás de él hasta que llegó la aceleración de Fabio Aru, inicialmente seguido por Joaquín Rodríguez y Dani Moreno (Katusha). Mientras tanto, Torres continuaba su ascenso a un ritmo constante, alcanzando progresivamente a muchos corredores, incluyendo al propio Quintana, que se vio en problemas en la segunda mitad de la subida final.
“Ha sido una etapa muy difícil, aunque personalmente creo que me fatigué más en la etapa del Giro de Italia del año pasado, con el Gavia y Stelvio, – dice Rodolfo Torres-. He aguantado mucho tiempo el paso de los más fuertes, a pesar de que sufrí dolores en el pecho al respirar debido al virus de la gripe que me afectó en los últimos días. Es por eso que yo no traté de responder a los embalajes, consiguiendo regular mi ritmo, y el resultado final muestra que no estoy muy lejos, y que el objetivo de ganar una etapa es realmente posible“.
“El resultado de Rodolfo le ayudará a recuperar la moral después de algunas etapas en las que ha sufrido mucho – dice el director deportivo Oscar Pellicioli. Hoy hemos querido meter un hombre en la fuga del día, pero en un inicio de etapa dificilísimo no tuvimos fortuna. Es una pena, pero recuerda que la Vuelta está sólo a mitad de camino: todavía tenemos mucho que decir”.
Mañana llega la 12ª etapa, Escaldes-Lleida (173 km): su perfil podría tentar a los pocos velocistas que quedan en el pelotón, pero una fuga podría tener una buena oportunidad de jugar sus bazas para la victoria final.