No es un domingo cualquiera. Es un domingo en el infierno. Pero no se afanen, aquí no vamos de demonios o de nuestras almas siendo devoradas por las llamas como en la Divina Comedia de Dante Alighieri. Este es el mejor domingo del año para los que amamos el viejo ciclismo, el día del Infierno del Norte, el tercer monumento del año, París-Roubaix.
Sin lluvia y sin barro para bien de los ciclistas, pero en detrimento del espectáculo que nos gusta (si ya se….crucifíquenme y mándenme al infierno que hoy soy feliz ahí) se bajó la bandera en Compiègne para encarar 259 kilómetros y 200 metros hasta el viejo velódromo de Roubaix, ese Vaticano ciclístico que exhala historia en cada rincón.
Los primeros kilómetros fueron fieles al guión, infinidad de caídas, una en la que se vio involucrado Wout Van Aert con su maltrecha rodilla que solo hace que lo queramos más, pulsaciones a mil, nervios a flor de piel. Los demonios del Infierno del Norte acechando en cada vuelta de esquina y en cada segundo de una carrera que emula la supervivencia del más apto. Primeros tramos de pavé y las cosas empiezan a tranquilizarse, pero esta es solo la calma antes de la tormenta, el ojo del huracán.
Philipsen, Bissegger, Pedersen, Pogacar y Van der Poel toman las riendas de la carrera a casi 100K de meta y ya todos los demás saben que ahí va el campeón. El tramo de Tilloy a Sars-et-Rosières no aparece entre los más difíciles de sortear pero Pedersen despedaza su tubular perdiendo la rueda del grupo definitivo. Los dioses (o los demonios) del ciclismo no estaban hoy con el danés que se mostraba pletórico de gasolina y apuntaba también a decir presente entre las deidades.
Mons-en-Pévèle veía a tres hombres y un solo destino. Jasper “Disaster” flaqueaba tras ayudarle a cerrar mil huecos a su compañero de escuadra y Poggi olía sangre quitándole al tenaz sprinter belga de la rueda a su rival. Pogacar y Van der Poel, Alí y Foreman en Kinsasa, dos pesos pesados tirando sus mejores golpes con el único fin de despedazar al otro, solo uno de los dos levantaría los brazos en Roubaix.
Ese infernal sector 9…..
Sector 9 fue el título de una película de ciencia ficción de finales del 2010 en la que una raza alienígena llega a Johanesburgo (Suráfrica) y lo que pasó en el sector 9 hoy de París-Roubaix fue de cinta de terror de bajo presupuesto. Pont-Thibault-Ennevelin, ya nunca olvidaremos ese nombre, ni en Eslovenia ni en Marte desde donde los marcianos estaban animando al extraterrestre. Un día vendrán por él en una nave espacial. Ya lo verán.
En Pont-Thibault-Ennevelin el triple campeón del Tour se iba al suelo en una curva, una caída casi en cámara lenta que su rival salvaba por centímetros. El mano a mano de titanes que hasta el momento paralizaba el planeta ciclismo terminaba de manera abrupta. El esloveno no sufría mayores daños pero su bicicleta si, el auxilio de su carro mecánico se tomaba siglos y el neerlandés abría un hueco insalvable.
Van der Poel alcanzaba el minuto de ventaja y ya sentía el peso del adoquín en sus manos. El Carrefour del´Arbre solo servía para decorar el sitio donde el campeón del mundo y del Tour también se daba un respiro y cambiaba de bicicleta, pleno de confianza a pesar de que por detrás se cocinaba un trío de miedo que batallaba por el podio con Pedersen, Van Aert y Vermeersch.
En la meta del centenario velódromo, Van der Poel completaba el tricampeonato al hilo igualando a Francesco Moser y poniéndose a uno solo de entrar al club de los cuatro donde solo conviven los legendarios Roger de Vlaeminck y Tom Boonen. Tadej, el alienígena, cruzaba segundo, su cara lo decía todo, nunca es feliz siendo segundo.
El sprint de tres por el podio lo ganaba Pedersen que completaba el podio de un domingo más en el infierno. Será una dura espera hasta el próximo año aunque siempre podremos conformarnos con Lieja-Bastoña-Lieja. Todavía nadie sabe si será el cuarto asalto entre Rocky Pogacar y Mano de Piedra Van der Poel en esta preciosa primavera. Ojalá.
Resultados Paris-Roubaix (1.UWT) Compiègne – Roubaix (259,2 km)
Fue un sueño hecho realidad, es la carrera más dura que he disputado y que jamás voy a olvidar. Así, con esa frase contundente el corredor más joven de la plantilla del Movistar Team, Diego Pescador, resumió su participación en la edición número 122 de la París-Roubaix.
En diálogo con Jairo Chaves Ávila, periodista de RCN antena Dos, el ciclista quindiano le contó los detalles de su inolvidable experiencia en ‘El infierno del norte’, una de las carrera más exigentes del calendario World Tour, que no tuvo un final feliz para el escarabajo.
“Desde el principio una carrera muy rápida donde tocaba meter mucho manubrio, estar limando rueda como decimos por ahí, muchos bandazos, caídas en el primer tramo de pavé, una locura total, viento en contra, viento lateral. Me gustó la mística con lo espectadores, un ambiente espectacular, la afición es una cosa de locos, nunca había visto algo así.
Al principio íbamos muy bien con el equipo, lastimosamente en una de las caídas tuvo que abandonar un compañero y al final la carrera no salió como lo esperábamos. Hay que tomarlo como un día malo, ya personalmente, entre bien ubicado en el sector del pavé que estaba muy mojado con mucho barro y empezaron las caídas delante de mí, se caía uno, se caí el otro.
Luego, la carrera se mochó y quedé en el corte de atrás y de ahí en adelante fue un sufrimiento total, la sensación de como uno rebota en los adoquines es una cosa impresionante, más con mi peso sentía que había tramos que empezaba muy bien, pero cuando los tramos eran demasiado feos, era imposible, siempre fue muy difícil maniobrar la bicicleta y no iba tan rápido como otros ciclistas que si pasaban literalmente flotando sobre los adoquines.
Lastimosamente, entrando en uno de los tramos más difíciles se me estalló la rueda delantera, el carro del equipo iba con García Cortina, me quedé sin repuesto y me empezaron a pasar los coches de otros equipos, no hubo nada de auxilio, terminé con mucha impotencia, no se si hubiera terminado la carrera, pero se que hubiera podido llegar un poco más lejos.
Son cosas del ciclismo, así es la suerte, igual agradecido con Dios que salí ileso de la carrera. Alcancé a recorrer 165 kilómetros, hasta que me recogió el carro escoba, me faltaron 90 y bueno si me preguntas si me gustó la París-Roubaix, tal vez no me lo creerías, pero te diría que sí. Era mi debut en los adoquines y me gusto mucho la sensación de estar ahí con esa adrenalina. Fue un sueño hecho realidad, es una carrera que jamás voy a olvidar”.
El sprinter colombiano Johan Colón del equipo mexicano Tenis Stars sigue cosechando triunfos por fuera del país. Esta vez se quedó con el título general de la Vuelta Delicias 2025 en Chihuahua, México, luego de cuatro días de competencia.
Al velocista sucreño lo acompañaron en el podio Fausto Esparza del Olinka Specializedde Guadalajara y Emery Hernández del equipo LAIN de Torreón, quienes terminaron 2° y 3°, respectivamente.
Colón, de 29 años, que tuvo un paso exitoso por el Orgullo Paisa, ganó la tercera etapa en su especialidad, derrotando al sprint a Fausto Esparza del equipo Olinka Specialized de Guadalajara.
La fracción final la ganó el neerlandés Wout Roos (Stage 2 Cycling), en una emocionante jornada, celebrada en el marco del Festival de la Fundación por el 92 aniversario de Delicias.
Un día antes del inicio, se ha anunciado la lista de salida para una nueva edición del Il Giro d’Abruzzo, una carrera por etapas organizada por RCS Sport en colaboración con la Regione Abruzzo, programada del 15 al 18 de abril y que contará con la participación de dos jóvenes colombianos.
Se trata de Edison Alejandro Callejas y de Yeferson Camargo, quienes serán los únicos corredores nacionales que estarán en la competencia italiana, donde Colombia no cuenta con podios. El kazajo Alexey Lutsenko es el actual campeón de la prueba.
La novel carrera italiana tendrá cuatro etapas en las que se presentarán exigentes retos para los escaladores que recorrerán paisajes impresionantes de la costa adriática y de las montañas de los Apeninos.
Entre los principales aspirantes al título se encuentran Valerio Conti, Louis Meintjes y Alessandro Covi alineándose junto a estrellas emergentes como el campeón nacional alemán Marco Brenner (8º clasificado y ganador de la Maglia Bianca en 2024), Pablo Torres (2º en el Giro Next Gen y ganador del Tour de l’Avenir 2024), Mathys Rondel (4º en el Giro Next Gen 2024), Pavel Novak (5º en el Giro Next Gen 2024) y Ludovico Crescioli (3º en el Giro della Valle d’Aosta en 2024).
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